jueves, 9 de julio de 2009

FrAgMento de: La vida despertando por la muerte

Confundiendo la gracia entre el atrevimiento de crearla, cercando las nubes entre mosaicos, iluminando las capsulas de iris ante el movimiento crepuscular de unos ojos hipnóticos hasta el desierto, llamando toda sensación para que se asfixie por momentos de la realidad, clamando a esa realidad mientras se plasma bailando sobre cualquier borde de perfección; no importa que los errores cometan el hermetismo de reducir tu vida a cenizas, porque ahí está ella. No importa la distancia, calculas entre sus ojos la mirada que plasme sus labios; derritiéndote cuando su rostro se cubre de luz entre la longitud de la oscuridad, temes que cualquier tema sea necesariamente innecesario; porque no sabes que hacer entre el fuego de su posible control, y lo último que te puede salvar es suicidarte, al aventarte sobre un intrépido segundo que te corone sobre las estelas que la dilapidan de un sentimiento que para ti, resume todos los antecedentes filosóficos en armónicos panoramas de fácil comprensión y una exquisita sensación; porque tratas filtrarte sobre sus pensamientos, asomarte entre sus sueños, entretener sus diversiones al misterio de desaparecerte. No hay más que verla, sonreír sobre el suelo para observarla entre las caderas de la luna; porqué ella no es mortal, no debe serlo. Pero sigues motivando sus sonrisas sobre esta mañana, que se revuelca entre la confusión de arrojar todo al carajo, para poder rescatarlo desde las alas que ahora te llegan sonriendo desde la esquina en la que se encuentra.

No importa cuánto has mentido, no tienes que rescatarla; sólo tienes que enrollar tu vida al sentido de la suya, porqué el sueño es de menos azar de lo que crees. No importa saltar entre los torbellinos que ataquen, porque te llevarán directo sobre el silencio de exhumarla entre los ramos enterrados que oscilan sobre sus ojos, aquellas ilusiones que mastica su vida que su sonrisa te muestra. Nada lamenta el momento; porque ahora es único. El universo revuelto por la eternidad que pasa sobre lo segundos, sigue transcurriendo entre la forma de allanar tus sentimientos; sólo es cosa de simplificar las cosas, de transitar de mil formas el aroma de su sonrisa, flotando hacia su cuerpo y enterrándote sobre las promesas de sus sensaciones, no habrá más que ir al borde de tus locuciones para encerrarla al interés fatal de la curiosidad, porqué navegar al comienzo de mitificarla, es cristalizar la inspiración que los lleva al borde de una posible locura mutua.

Porque la extensión de sus ojos de vidrio traspasa toda protección, cruza sobre tu amor escondido, que sólo ella sabe; mientras saborea los laberintos que traspasan tu piel al ver como se esconden sus manos para saludarte desde su lugar. Dejas que tus pupilas se enganchen sobre su cuerpo, y ahora lo piensas; no llegarás a ella a contarle sobre el ínfimo suburbio que se revuelve entre la locura que te lleva hasta las rosas invisibles que espinan lo tanto que te gusta, no estallarás cuando su voz roce hasta el eco de tu cuerpo y sus palabras de burbujas se peguen sobre tus mejillas para estallar hasta el borde de tus labios; porque ante todo, vas cavando los momentos y relajando sus sensaciones, jugando con la locura que te hace pronunciar su nombre bajo la almohada, sólo para que ella lo escuche y sonría desde su alcoba.

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