miércoles, 23 de septiembre de 2009

Silencio y sonidos

Ya es tarde para recrear las constelaciones, abrazar los ojos de dios y predicar al silencio. Resulta que nadie gana un concurso de cuento; y que ahora batallo escribiendo poemas a exageraciones subalternas de posibilidad artística; tres poemas diarios infartan las funciones vacías que dilapidan la mañana, les cortan las cejas a las matrices para desayunarlas al crepúsculo de la noche, y una extraña tortura sale a renacer el siguiente predicado: No he jugado Warhawk, ya me chingue por mucho tiempo; necesito matar al chango. Pero nada de esto es menos importante que soltar los días que fueron el paraíso en las lúdicas vacaciones a fracciones del deísmo de la hueva y el ocio de pilares diversiones. Sigo entre la interrogante: ¿qué hago en actuaría? ¿Acaso la fantasía; aburrida entre mis días, decidió ir al yugo de la vida diaria, para azotar entre agonías una alegoría congruente a una respuesta que madrugue la filosofía de mi vida entre esta vía? No lo sé, de veces me pregunto que haría siendo yo sólo un actuario, y he concluido cosas que recriminan la atrocidad: Ser unánimemente feliz, casarme entre tradiciones muertas y vivas al consuelo de semejante rito, tener los hijos de los que soy yo y ser ellos la justicia de mis desmadres con mis padres (que fatal destino divino), levantar el ánimo diario y madrugar en la hora a la cual debía estar durmiendo, desayunar cordialmente entre sonrisas a próximas copulaciones mientras calculo que proporción deben ser el tamaño de ésta y mis sentimientos para imitarlos y saltar a fornicar a la próxima presa (eso no suena tan mal =D), fingir entre los intermediarios elocuentes con cara de equilibrio económico a través de pilares supersticiosos de primas congruentes a la realidad vendada de legitimidad, seguir la rutina diaria hasta convertirla en el artificio elocuente que dicte la tradición de mi urna inhumada entre las eyaculaciones que sufre dios al marcar los segundos y apretar los botones que conviertan los números en mutaciones ideológicas y pictóricas antes de renunciar a la locura. De pies a dedos, y con palabra en mano: no lo creo.

Desde hace tres semanas que voy por un sueño, pero esto me ha convertido en un paranoico perezoso, en agudo blog de AbrXas =D, he dejado de escribir los poemas que he escrito desde el cinco de septiembre, esto por el libre pensamiento de que algún hijo de más golfa madre que nada me robe mis poemas; ¡así es!, existe en mi esta idea sistemática y crucial (espero que no sea así, ya que si es de este modo; espero que ese personaje pútrido de la menstruación de su abuela se revuelque cuando me lo encuentre en el infierno y este dispuesto a batir mis letras a punta de madrazos), pero esta fruslería a marcado la desaparición de quince poemas más (Aparte… qué, ni tengo lectores, sólo fantasmas que bendigo por leerme), espero su más irónica sonrisa, y en poco tiempo comenzare a publicar los poemas dignos de alaridos.

El premio será lo suficiente para mantenerme dos años, vivir en el paraíso y tomar todo el pecado que nunca ha existido, pero dejando las monedas para otro saco, mi móvil no es ese baúl lleno de sonrisas (pero si viene con él, ¿qué hacer?) mi prioridad es escribir, leerme, saber lo que soy más allá de mis labios, críticos al suspenso de mi nombre, saber que soy un escritor al margen de los clásico ídolos y dioses de letras, ese es el pergamino de mis letras.

Por otra parte y pocos saben, en este breve diario de sólo hoy, que me intenté ligar a una chica que trabajaba por las hamburguesas de mi pueblo; era linda, sus ojos eran la sustancia anecdótica de la biblia, y su sonrisa podía perforar los sueños más estremecedores, se llama Mirii; o de menos, creí y entendí eso después de preguntarle su nombre tres veces, ¡pero sorpresa! No todo salió bien, apareció un sujeto menos predecible a la fatalidad, la última vez la vi llorando y me quede esperando una hora para poder ir y consolarla, pero ¡Oh sorpresa de nuevo! Su mamá fue por ella, y yo salí a navegar mares y cruzar tiburones a las aletas de cielo por una semana y la perdí. Resulta que regrese a buscarla y no ha estado, que triste ha sido, pero tengo una rara sensación de que todo será mejor de lo que ya es. Inspiró varias páginas de la novela en curso, y me gustaron mucho las hamburguesas que servía ahí. ¡¡Ah, también inspiró dos poemas!! =D

Pero así está la vida de mi cuerpo, pasando a su debido tiempo. Por otra parte, me cagan los insectos con cuerpo de humanos y que prosiguen y persiguen la confusión de un engaño de si mismos; jodidos bastardos de pocos padres y crucificados en si mismos, se joden de si mismos, pero bueno, basta de blasfemar y adjudicar dosis de críticas a aquéllos imbéciles.

Silencio y sonidos cuando regreso inyectado de café, aferrado a mi cama sin soltar la opulenta tortura de los juicios, de qué hacer con mi vida, de vivirla más antes que los segundos rompan el tiempo en mi cuerpo.

Vivo por las letras, a letras vivo, nada fuera de la inspiración sobresaltada por mujeres de dulce vida, poesía inequívoca a la eternidad. Y es majestuoso recordar el proverbio de un laberinto, de Francisco Castañeda: “Para alcanzar la inmortalidad es necesario morir”

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