viernes, 17 de abril de 2009

Retribución de mierdas


Hoy quiero dormir, hoy quiero soñar, hoy quiero saber que esta ahí; esperando entre la noche para comenzar a soñar, que realmente esperas alguna seña mía entre el decoroso amanecer de la ingratitud y el desprecio.

Mi gran sorpresa es que ahora descubro que no, que me engañas bailando entre la mierda del recuerdo, que me vomitas cuando aún te falta digerir algo, que pronuncias mi nombre cuando quieres reír un rato, que me ahorcas entre tu belleza pero despreciar las letras, que entre el horizonte pintarías mi nombre con las iníciales de puto, que te gusta mandarme a la mierda entre mis pasadas lágrimas; ahogarme entre ellas hasta que pueda sonreír o morir. Pero esta bien, todo eso es justo, todo eso rompe las ultimas velas de esperanza, para poder volver al valemadrísmo. ¿Qué me importa si no sustentas mi corazón?; si necesitara alguien para matarlo, no me falta encontrar mis manos, pero huí a ti con la necesidad de darte todos mis sueños, para que los convirtieras a tu deseos, para que los cuidaras entre los tuyos, para que no me vengas con tales pendejadas, para que no suspires mi nombre y a la vuelta exhales lo que ahora duele. A la mierda contigo y con todas tus putas personalidades, a la mierda entre el supuesto paraíso.

Me va matar verte bailar entre otros corazones, rozar sus sentimientos; y si te gusta, quedarte con ellos. Me va matar tocar el pasado, mientras vuelas por el universo con otro pendejo, que al igual que yo, ha caído en un cielo convertido a tus sueños. Me va matar cortar mi sangre cuando las lágrimas me ahoguen, cuando se esparzan entre los ríos, y sabrás cuando la lluvia sabe a mis ojos caídos. Me va matar decirte que me voy.

Es cierto que me gusto ser tu prisionero, es cierto que me alentó a escribir, es cierto que me elevó del suelo, es cierto… pero no es cierto que despertabas entre la noches con mis sueños, no es cierto que caminabas con esos ojos de dulzura para tirar toda defensa mía, no es cierto que levantabas entre tu dicha mi sonrisa, no es cierto que mi nombre sabías.

¿Pero qué importa…? Sí, pesa entre todos los sentimientos; como una batalla sin estandartes por un suicidio de carne… ¿pero qué importa? Espero que cuando leas esto, vomites el pedazo de sangre, que entre tu corazón manchado por otro, aún guarda en los rincones. Espero que levantes tu nombre, y me llames a insultos; yo llegaré de noche a asesinarte, y entre tu muerte lloraré estos años. Espero que entre los cementerios hallas paseado, porqué nunca quedarás ahí; deambularas en pedazos de carne entre los pendejos que supuestamente quisiste. Espero que laves los días, y comiences a escribir poesía. Espero que entre el mar ahogues todo recuerdo que alguna vez me alumbraste. Espero volver a verte, para decir que te amo. Decir que te puedes ir a la chingada, pero que yo iré contigo. Decir que te extraño, pero nunca regresar contigo. Decir que los mantos, aún el viento lapidan. Decir que entre pequeños pedazos de arena, cargo mi vida entera.

Porque tú, ¡¡oh puta vida!! Eres lo único que me madrea, y también lo único que me pregunta:

-¡¿Te dolió pendejo?! ¿O quieres otros madrazos para componer tu dicha?

Pero todo acaba como había, todo se reduce a unas palabras de mis días, a unos sueños de ilusiones y fantasía:

-Estoy bien, mi vida…

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